Una vez solucionados todos los problemas de organización (dos de nuestros profesores sólo hablaron en inglés con nosotros durante toda la semana, ¡al fin y al cabo era un campamento de idiomas! Descubrimos toda la zona del KIEZ de forma lúdica y aprendimos a orientarnos. Por la noche tuvimos tiempo libre para charlar y jugar, lo que fue agradable.
Tras una primera noche de descanso y un desayuno muy sabroso, nos adentramos en el bosque del complejo vacacional con dos simpáticos compañeros de equipo. Teníamos la tarea de construir cabañas en el bosque. Creamos tres divertidas cabañas con palos, hojas y todo tipo de cosas que podíamos encontrar en el bosque. Después, el programa incluía una pequeña excursión. Aquí recogimos musgo, setas, palos, hojas y plumas. Después de la comida, resolvimos un emocionante concurso de inglés con muchas preguntas interesantes sobre el bosque, que me gustó mucho. Después, podíamos elegir ver una película o tener tiempo libre. Allí fui a la "playa" con amigos para hacer ejercicios de yoga.
El miércoles teníamos una emocionante excursión en la agenda, fuimos a Wurzelrudis-Erlebniswelt. Había una cantidad increíble de cosas por descubrir: un teleférico de sillas colgantes, juegos de carrera de canicas, un juego de chapas y preguntas, amuletos vikingos y una búsqueda del tesoro. Por la noche, nos sentamos con nuestra clase paralela en la playa de Filzteich y mantuvimos nuestro pan de palo en el fuego, que luego nos supo delicioso.
Al día siguiente caminamos hasta Schneeberg. La caminata duró una hora y media. Primero fuimos a una iglesia, después de la visita a la iglesia fuimos al planetario para ver algo sobre las lunas y los planetas. En una conferencia aprendimos todo lo que necesitábamos saber sobre las constelaciones. Por la noche, hicimos karaoke, cantamos alto y bajo, bien y mal, y hubo muchas risas: fue una última noche realmente perfecta.
El viernes llegó el momento de decir adiós. Eso fue un poco triste. Recogimos nuestras cosas después del desayuno y más tarde tomamos el autobús de vuelta a Meerane. Por el camino, charlamos sobre lo que habíamos vivido y nos dimos cuenta de que lo habíamos disfrutado mucho. Mi mejor experiencia fue ver la "playa" y poder disfrutar del tiempo con mis amigos.